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martes, 5 de enero de 2016

La historia del SS Californian

El barco

SS Californian (imagen obtenida
desde Google Imágenes)
El polémico SS Californian era un  barco de vapor que permitía llevar carga y pasajeros, pertenecía al grupo de empresas de J. P. Morgan’s, formando parte de la Leyland Line. El modesto barco tenía una longitud de eslora total de 136 metros, 16 metros de manga y 1 sola cubierta. Podía alcanzar una velocidad de 12 nudos, realizaba su propulsión gracias a una máquina de triple expansión y dos calderas de final doble. Su capacidad admitía 55 tripulantes y 47 pasajeros. Desde 1911 y bajo la supervisión del capitán Stanley Lord, el SS Californian realizaba la ruta Londres-Boston (Massachusetts, EEUU).

La tripulación


Stanley Lord, capitán del
SS Californian (imagen
obtenida a través de Google)
Stanley Lord (capitán) --- el capitán del SS Californian ya había pasado más de veinte años navegando el mar. Su primera vez fue a los 13 años como cadete en una barca. A sus 23 años de edad, Stanley Lord ya había demostrado su talento como navegante y obtuvo varios certificados, los cuales fueron superados con notas más altas, incluso, que muchos de los oficiales de alto rango del Titanic. Al cabo de unos años se había convertido en toda una promesa de la navegación con logros excepcionales, conducta intachable y una brillante carrera por delante con tan solo 29 años. Pero el 5 de Abril de 1912, el sueño de Stanley Lord se convierte en una pesadilla de la que jamás pudo desprenderse, fue nombrado capitán al mando del SS Californian. En su primer viaje en la ruta Londres-Boston (Massachusetts), el capitán Stanley Lord comete algunos “errores” que le condenaron a ser, durante el resto de sus días (y de la posteridad), “EL HOMBRE QUE PUDO SALVAR EL TITANIC”, algo que le atormentó hasta el final de su paranoica vida.

George F. Stewart (jefe de oficiales) --- Stewart era fiel y leal amigo del capitán Stanley Lord, solo el mando del capitán Lord superaba las órdenes del segundo oficial Stewart. Éste abandonó el puente la noche del 14 de Abril de 1912 para cubrir su siguiente guardia a las 4:00 de la madrugada del 15 de Abril. Cuando Stewart volvió a la cubierta para el relevo de la guardia, el RMS Titanic yacía en el fondo de Altántico norte. Entonces observó como distintos barcos cercanos se dirigían al mismo punto en el mar, atando cabos en sus inconscientes pensamientos, tuvo la clara visión de que el Titanic, el majestuoso, el inigualable, el insumergible RMS Titanic se había hundido hasta el fondo del mar. Steward murió durante la Segundad Guerra Mundial cuando su barco fue atacado por los alemanes frente a la isla de Wight.

Herbert Stone (segundo oficial) --- era un notable marinero, sentía por el mar una devoción admirable. Era un excelente experto, pero la noche del hundimiento del RMS Titanic no pudo imaginar lo que sucedería y tan solo fue consciente de sus actos, como casi todos, cuando ya no existía la posibilidad de enmendarlo. Antes de la Segunda Guerra Mundial dejó sus labores en el mar para, posteriormente, ocupar un puesto en los astilleros de Liverpool. Según el libro (que personalmente recomiendo al final de este post) “El hombre que pudo salvar el Titanic” de Emilio Calle se comenta que Herbert Stone jamás mencionó ni una sola palabra sobre lo que ocurrió durante su guardia la noche del hundimiento del RMS Titanic, pero sí que le confesó a su mujer que tuvo la certeza (sin poder actuar en consecuencia) de que los cohetes que vio eran inequívocas señales de socorro. Murió endeudado, arruinado y con la infinita sensación de culpa por la que, en el fondo, también vivió atormentado.

Charles Victor Groves (tercer oficial) --- Groves, tras su paso por la escuela Perse Grammar School, trabajó como aprendiz y navegó a bordo de buques comerciales, pero pronto comprendió que el trato con los pasajeros no era su mayor virtud, lo que le llevo a conseguir un trabajo en Frederick Leyland Co. Groves sentía flagrante interés por la señalización y la electricidad y trataba de enseñarse a sí mismo la telegrafía sin hilos, incluso en alta mar visitaba frecuentemente la cabina inalámbrica del SS Californian para mantenerse al día sobre las noticias y sucesos mientras navegaban por el mar. Tras el fatídico contratiempo con el RMS Titanic, Groves sirvió en la Primera Guerra Mundial al mando de un submarino, donde sufrió un accidente en el que todos fueron rescatados por marineros holandeses y trasladados a Holanda, quedando allí retenidos hasta el final de la guerra. Tras su retirada y con la revolución bulliciosa de la Segunda Guerra Mundial, sirvió como Almirantazgo en Southend, unido al armamento defensivo de la sección de los buques mercantes. Fue un conocido asesor de la marina y como tal, participó en, al menos, 25 consultas. Es una verdadera lástima que, con tan flagrante interés por la telegrafía sin hilos, Groves la noche del hundimiento, no supiera encender el aparato Marconi, una VERDADERA LÁSTIMA!!

James Gibson (marino aprendiz) --- era joven, a sus 20 años planeaba un futuro prometedor y lujurioso pero también le esperaban tragos amargos de los que difícilmente podría deshacerse de manera sutil. Sus declaraciones ante el Comité británico no hizo más que sembrar más y más dudas sobre la actuación del SS Californian ante el desastroso final del RMS Titanic. (Es muy breve la información existente sobre su vida antes y después del suceso).

Cyril Evans (radioperador del equipo Marconi) --- Evans tenía 20 años cuando navegaba a bordo del SS Californian y el único radioperador del barco. No pertenecía a la Leyland, era empleado de la Marconi Co, por lo que su trato con el resto de la tripulación no se reconocía entre compañeros, algo distinto a lo que ocurría con el capitán Stanley Lord. Tras la tragedia del Titanic, Evans continuó su servicio en la Marconi Wireless y sus nuevas empresas. También estuvo al mando de las telecomunicaciones móviles para el ejército británico en el norte de África e Italia.

La tripulación del SS Californian, incluido Gibson (quinto por la derecha)
(imagen obtenida por gentileza de José J. Carrillo desde el libro "Titanic: una
historia ilustrada" de Don Lynch y Ken Marschall)

14 de Abril de 1912


El SS Californian realizaba su travesía con ruta Londres-Boston (Massachusetts) sin pasajeros, de repente el barco se encuentra ante un gélido y escalofriante campo de gigantescos témpanos de hielo que dificultan su navegación, a escasos 650 km. al sur de las costas de Terranova. El radioperador del equipo Marconi, Cyril Evans estuvo mandando mensajes a todos los buques próximos a él, poniendo especial atención y avisando en repetidas ocasiones al majestuoso RMS Titanic del que todo el mundo decía maravillas, desde las 19:30 del 14 de Abril informando sobre la existencia de tres apabullantes icebergs en su ruta. A medida que avanzaba la tarde, casi al caer la noche, la ventisca helada fue dando paso, poco a poco, a un mar en la más extraña de las calmas, abriéndose un cielo limpio y estrellado que podía apreciarse sobre las 22:00 de la noche de la horripilante tragedia.

El radiotelegrafista subalterno del RMS Titanic, Harold Bride, recibió sobre las 22:00 los primeros informes del Californian, pero por motivos aún por descubrir, dichos informes jamás fueron vistos en el puente de mandos. Durante la mañana del 14 de Abril, el Marconi del RMS Titanic sufrió una avería que, bajo una enorme presión, fue puesto de nuevo en funcionamiento por los operadores a bordo del barco, Harold Bride y Jack Phillips, 6 horas más tarde, por lo que los mensajes personales de los pasajeros se acumularon, enfadando a Phillips. En este punto me veo obligada a comentar que los radioperadores no trabajaban para la White Star Line, eran empleados de la Marconi Co y su sueldo a bordo del RMS Titanic estaba mal pagado, cobraban por mensaje enviado y esas 6 horas con el Marconi fuera de servicio les había hecho perder mucho tiempo y dinero.

Alrededor de las 22:20 el SS California se adentra en una peligrosa zona de hielo que obliga a parar las máquinas del barco  para evitar que el hielo colisionara con el casco. Eran las 23:00 de la noche del hundimiento del RMS Titanic cuando Groves, el tercer oficial del Californian, se encontraba de guardia y divisó una prominente embarcación excesivamente iluminada, tanto que podía ver, incluso a la distancia a la que se encontraba, la luz de posición de dicho barco. Groves informó a Stanley Lord sobre la situación, éste acudió a la cubierta y, efectivamente, avistó a unas 10 millas al sur de su posición, un buque cuya trayectoria los llevaba hasta ellos. Se dirigió a Cyril Evans para preguntar qué buques podrían encontrarse cerca de su posición a lo que Evans contestó que solo podía tratarse del RMS Titanic. También hay algo que añadir a este aspecto, se trata de que, posteriormente, frente a la Comisión Británica, el capitán Lord aseguraba que no podía ser el prominente RMS Titanic, dado que desde su posición parecía que el barco era mucho más pequeño y descartó que se tratara del gran buque de los sueños, muy a pesar de que Groves lo había identificado como tal.

El iceberg que, posiblemente, hundió el Titanic (imagen
obtenida a través de Google)
Cyril Evans, a petición del capitán Stanley Lord, intentó de nuevo ponerse en contacto con el RMS Titanic en su empeño por informar y avisar sobre la presencia de un gran témpano de hielo, pero para su sorpresa, la reacción del enfadado y presionado Jack Phillips, fue muy diferente a la que esperaba, que bajo tal presión solo contestó bruscamente a Evans: “Cállese, cállese, cállese, estoy ocupado con Cape Race!!”. Esto enfureció a un Evans preocupado por hacer bien su trabajo e informar sobre los peligros que les aguardaban, por lo que dio por finalizado su trabajo y desconectó el aparato Marconi alrededor de las 23:30. Groves avistó las luces de un barco que parecía de pasaje y observó cómo, de repente, sus luces se apagaron, pero no les asignó la más mínima importancia, dado que era una práctica habitual en los buques con pasaje, como invitación a los pasajeros para irse a dormir.

A las 23:40 el RMS Titanic roza con el gran iceberg y, a pesar de sus rápidos intentos de virar a babor, el increíble transatlántico jamás construido, comenzó a hundirse. Fue entonces cuando el segundo oficial Lightoller y el cuarto oficial Boxhall, avistan las luces de un barco a unas 5 u 8 millas al norte. El capitán del RMS Titanic, Edward Jhon Smith dio la orden para emitir señales con la lámpara morse, ya que su proximidad era tal que el propio capitán Smith propuso la posibilidad de transladar a los pasajeros en los botes hasta la embarcación cercana y luego regresaran para llevar más pasajeros.

Al tercer oficial del SS Californian, Groves le pareció haber visto como el barco que divisó hace una hora les enviaban señales con la lámpara Morse, antes de la medianoche, entonces Groves y el segundo oficial Stone intentan hacer señales en respuesta con la lámpara Morse pero no obtuvieron respuesta alguna, por lo que creyeron que dichas señales serían tan solo luces de la embarcación. Pero los oficiales del RMS Titanic también creyeron lo mismo y desistieron de seguir enviando señales. En este momento Groves acude a la sala Marconi del SS Californian, donde encontró el aparato desconectado y abandonó su intento. (Si es cierto que Groves sentía interés por aprender sobre la telegrafía sin hilos, ¿cómo es posible que no supiera encender el aparato Marconi? Y si es cierto que Groves utilizaba a menudo el aparato Marconi para escuchar las noticias, ¿cómo es posible que no supiera conectarlo?)

Todos los oficiales del SS Californian dejaron sus puestos para descansar con el capitán Lord, dejando al aprendiz de marinero James Gibson de guardia en la cubierta. El segundo oficial Stone permaneció en la cubierta junto a Gibson a partir de medianoche, relevando a Groves. Stone aseguró que había observado flashes de color blanco, contando hasta cinco flashes, procedentes del buque. No se sabe con total exactitud si dichos flashes fueron conocidos por el capitán Lord, pero algunas opiniones afirman que el capitán fue informado, pero ordenó a Stone que hiciera de nuevo señales con la lámpara Morse y que, en caso de obtener respuesta, le informara inmediatamente. Pero, por lo que parece, dichas señales no obtuvieron respuesta alguna. El último flash captado desde el SS Californian fue sobre la 1:15 del 15 de Abril, tanto el segundo oficial Stone como el aprendiz de marinero Gibson observaron durante largos intervalos el buque en sus proximidades, que algunos momentos parecía acercarse a ellos. Alrededor de las 2:00 de la madrugada parecía que el barco se alejara de ellos.

RMS Carpathia (imagen obtenida a través de Google)
El siguiente relevo de guardias en el SS Californian se produjo a las 4:00 de la madrugada, cuando el jefe de oficiales George F. Stewart sustituyó al segundo oficial Stone. Media hora después del inicio de su guardia, Stewart cree ver, a unas 19 millas de distancia, flashes de color verde, los cuales procedían de un reconocido barco de vapor, con la chimenea pintada de color rojo y que se adentraba en la zona, se trataba del RMS Carpathia. A las 5:30 de la mañana del 15 de Abril, Stewart pone en conocimiento del capitán Lord el inicio de un lanzamiento de cohetes desde el RMS Carpathia. Stanley Lord inmediatamente ordena despertar a Evans para ponerse en contacto con el vapor avistado y para averiguar las causas por las que lanzaban los flashes que habían divisado. Fue entonces cuando la tripulación del SS Californian tienen constancia, a través del radioperador del RMS Carpathia, del siniestro accidente que había sufrido el RMS Titanic y recibió la orden de acudir, a la mayor brevedad posible, a la última posición dada por el RMS Titanic.

Supuesta posición del RMS Titanic y de los
barcos cercanos a él la noche del hundimiento
 (imagen obtenida a través de Google)
De una manera muy extraña, el SS Californian llegaba a la zona citada alrededor de las 8:30 de la mañana, cuando el RMS Carpathia ya se dirigía a puerto con 706 personas rescatadas del RMS Titanic, les invitó a peinar la zona en busca de más posibles supervivientes. El SS Californian rastreo la zona y continuó su camino hacia EEUU. (Y, señores, si esto es cierto, aquí se halla la gran pregunta, ¿cómo es posible que el SS Californian tardara cuatro horas en recorrer un trayecto de 31 km.?)





Declaraciones ante el Senado estaodunidense y sentencias


Tanto el capitán Stanley Lord, como sus oficiales, como el radioperador Evans fueron llamados a declarar ante el Senado de la investigación en curso con respecto a la tragedia del RMS Titanic cuando apenas habían puesto un pie en tierra firme en EEUU. Todos ellos declararon que se encontraban a unas 17 – 20 millas de las luces divisadas, que la embarcación era muy pequeña para tratarse del RMS Titanic e insinuaron en sus declaraciones la posibilidad de que existiera, al menos, un tercer vapor en sus proximidades. Dichas declaraciones alimentaron las dudas sobre los buques que podrían haber estado cerca del RMS Titanic, entre ellos el HMS Samson, un velero que trabajaba en la caza de focas y que, supuestamente, navegaba de manera furtiva por la zona del desastre.

La fiscalía a cargo de la investigación sobre el hundimiento del RMS Titanic, dirigida por Lord Mersey, no aceptó las declaraciones del capitán Stanley Lord sobre la distancia que le separaba de la catástrofe y descartó sus declaraciones, que eran, en apariencia, desorientadoras y culpó al capitán por no responder a las señales de luces blancas, las cuales estaban reconocidas como de emergencia y no intentar avanzar por la zona de icebergs aproximándose al lugar. Por otra parte, el fiscal Lord Mersey no podía entender que el SS Californian, que alcanzaba una velocidad de 11 nudos, tardara cuatro horas en un trayecto que, al menos en teoría, era de 20 millas, ¿o acaso pretendían aparentar que el SS Californian se encontraba, en realidad, a una mayor distancia del RMS Titanic? Todo esto basándose en que el RMS Carpathia realizó, en el mismo tiempo y a 14 nudos, 58 millas.

Por todo lo anteriormente expuesto, la sentencia emitida por el fiscal Lord Mersey fue ésta:

“Al ver las luces (flashes), el SS Californian podría haberse abierto paso entre los hielos que lo rodeaban, a mar abierton y sin peligro grave y haber acudido en ayuda del RMS Titanic. De haberlo hecho así, habría podido salvar muchas vida, si no todas, que se perdieron”

Lord Mersey – conclusiones de la Comisión Investigadora


Para los más curiosos me gustaría hacer aquí un pequeño aporte con enlaces hacia las declaraciones detalladas de cada uno de los oficiales, del capitán y del radioperador. Está en inglés, pero se entiende bastante bien incluso al traducirlo con el “fabuloso” traductor de Google.


El SS Californian llegó a su fin en la Primera Guerra Mundial, fue torpedeado el 9 de Noviembre de 1916 al suroeste de Cabo Matapan.

Cuando los restos del RMS Titanic fueron encontrados en 1985 y se tuvo conocimiento de su posición actual, se confirmó que Stanley Lord no ofreció al Senado de la investigación las posiciones correctas y que la distancia que les separaba del RMS Titanic y, por tanto, la distancia que les impidió salvar la vida de más de 1.500 personas aquella espantosa noche, no superaba las 11-13 millas (unos 18 – 20 km.)

Las secuelas que todo este atrayente suceso acarreó al capitán Stanley Lord fueron tales que le acompañaron durante el resto de su vida, atormentándolo cada segundo, haciéndole que cada vez hundiera más la cabeza al caminar por las calles, soportando murmullos y acusaciones a su alrededor, incluso llegando a creer él mismo, que él era el hombre que pudo salvar el Titanic…

Toda esta historia está recogida en detalle en un libro que recomiendo encarecidamente, titulado “El hombre que pudo salvar el Titanic”. Este libro es del autor Emilio Calle, a quien, personalmente aprecio y admiro sobremanera. Descubrí historias fascinantes y desconocidas para mí en este libro, las cuales me impulsaron a buscar más y más información. Es por eso que invito de manera insistente, a todo amante del RMS Titanic y de la buena lectura, a leer este apasionante e intrigante libro. Su forma de escribir, de explicar, de exponer, te sitúa tanto en el hundimiento más famoso de toda la historia como en toda la investigación llevada a cabo para poder esclarecer los motivos y las circunstancias que llevaron a su innombrable final al buque de los sueños más admirado de la historia marítima y moral. Me permito dejaros el primer párrafo de dicho libro, el cual estoy segura de que os invitará a conocer toda la historia:

“No hay forma de escapar.

No importa cuántos años hayan pasado. De tiempo en tiempo, cuando paseo por la calle, cuando intento comer en el sombrío anonimato de algún restaurante apartado, cuando entro en una oficina postal o me detengo a ojear un libro en la biblioteca, les oigo murmurar a mi lado, muy cerca, da igual lo lejos que se hallen cuando comparten su incansable letanía. A veces porque quieren que les oiga. Otras, a pesar de que ni siquiera el aire que respiran podría saber lo que dicen. Pero yo sí, Los oigo a la perfección, tan alto y claro como si lo estuvieran gritando junto a mi oído. No importa el tiempo transcurrido, la cantinela se repite, como una antigua y macabra canción infantil. Aunque invariablemente me sobresalten, sé que no hay cambios, las palabras son siempre las mismas: mira, ¿sabes quién es?, es el hombre que pudo salvar el Titanic. Y yo debo seguir caminando, contemplando ya sin interés algún escaparate o apurando una taza de té repentinamente helado. No ando más deprisa, ni vuelvo la cabeza. Jamás he tratado de responder, ni creo que nadie admitiera la réplica. Solo escucho esa frase una y otra vez, como un papel bien aprendido por cuantos me rodean, no importa dónde me halle, y que declaman perfectamente porque llevan toda una vida esperando la oportunidad de poder decirlo: mira, ¿sabes quién es?, es el hombre que pudo salvar el Titanic, y hasta tal punto están convencidos de ello que no pocas veces yo mismo he llegado a dudarlo……..”



Fuentes consultadas para la realización de este post: 

El libro "El hombre que pudo salvar el Titanic " del autor Emilio Calle.

Encyclopedia Titánica (www.encyclopedia-titanica.org)
Wikipedia (www.wikipedia.org)

Titanic in quiry (www.titanicinquiry.org)

sábado, 7 de marzo de 2015

Ruth Elizabeth Becker, superviviente del Titanic

Ruth Elizabeth Becker, una superviviente del Titanic, llega hoy hasta nosotros. Otra de las incansables historias ocultas del Titanic, de esas que nunca nos cansaremos de oír, de esas que al leerlas es como si estuvieras viendo un montón de diapositivas pasar, una tras ot estuvieras viendo un monto hoy en La Proa del Titanic, otra de las incansables historias ora y no puedes dejar de leer, ni de mirar.

Ruth Elizabeth Becker embarcó en el Titanic con tan solo 12 años y su historia es una clara exhibición de la humildad de las personas, no importa su edad o tamaño, incluso viviendo una tragedia de tal envergadura, que muchos de nosotros no hubiéramos salido del shock, una niña de 12 se llenó de valor y consiguió sobrevivir al hundimiento más conocido del mundo, el del RMS Titanic.
Ruth vivía en la India en 1899, su hermano enfermó y su madre Nellie decidió trasladarse, junto con el resto de la familia desde Michigan a Nueva York, para que su hermano pudiera tomar el tratamiento que necesitaba. Así pues, Ruth, su madre, y hermanos menores (un hermano y una hermano) embarcaron a bordo del mágico buque como pasajeros de segunda clase. Su padre esperaba en la India para reunirse con su familia en Nueva York unos meses más tarde.

Cuando Ruth y su familia embarcaron en el buque más grande y más lujoso del mundo quedaron totalmente asombrados de la majestuosidad y la supremacía
del barco. Pero era tal la elegancia y la grandeza del RMS Titanic que tras su fatídico hundimiento solo consiguió que la tragedia fuera aún más impactante. Cuando el Titanic chocó contra el iceberg el viaje de Ruth y su familia tomó un aspecto aterrador, todo el lujo se hacía invisible ante un inmenso bloque de hielo que amenazaba incesante a 2.200 personas.

Nellie, la madre de Ruth, consiguió embarcar en el bote salvavidas nº11 con sus dos hijos menores, lamentablemente no quedaba espacio en el bote para la pequeña Ruth. Nellie no pudo sostener sus lágrimas cuando fue separada de su hija, la cual ocupó un lugar en el bote salvavidas nº 13, el cual cuando fue bajado al mar estuvo a punto de ser aplastado por el bote nº15 que se evitó cortando las cuerdas del bote y se deslizó hacia el agua en el último momento, sin causar daño alguno al otro bote.

Cuando los escalofriantes gritos de las personas que se encontraban en las gélidas aguas en medio del Atlántico Norte ensordeció sus oídos, Ruth trataba de consolar a una mujer de nacionalidad polaca que ocupaba un hueco en el bote de Ruth, la cual no paraba de llorar por haber tenido que abandonar a su bebe en otro bote, de la misma manera que Ruth fue apartada de su familia. Ruth no entendía alemán pero hacía lo imposible por consolarla. En una situación así, un abrazo puede salvar tu vida.
Por fin, el bote nº13 llegaba al Carpathia con Ruth a salvo donde consiguió volver a reunirse con su familia tras horas de tensión y de espera, a la deriva en un bote en plena noche helada. Ruth no solo se alegró al volver a esta con su madre y sus hermanos, también le emocionó comprobar que la mujer polaca también logró reunirse de nuevo con su bebé.

Durante muchos años, Ruth evitaba a toda costa hablar de tan terrible suceso pero años más tarde empezó a hablar sobre ello y realizó varias apariciones en convenciones de Titanic Historical Society con otros supervivientes del Titanic.

Ruth Becker, a sus 99 años de edad realizó un crucero a México, no había subido a un barco desde el “increíble viaje inaugural del Titanic”. Ese mismo año Ruth murió y sus cenizas fueron esparcidas en el mar, ¿dónde? Directamente sobre los restos del RMS Titanic.



Maravillosas historias ocultas del Titanic que nos acerca solo un poquito más a la noche del 14 de Abril de 1912, aquella trágica pero fascinante noche que día a día me encandila con alguna de sus historias.

jueves, 5 de marzo de 2015

Rescate de las víctimas del mar tras el naufragio del Titanic

Hoy, en las historias ocultas del Titanic, abordamos un tema serio, la labor de rescate de las víctimas del fatídico naufragio del RMS Titanic y la gestión llevada a cabo para intentar recuperar del mar el mayor número de cuerpos posible, para que pudieran descansar en paz en el sitio donde les corresponde.

En Abril de 1912, en cuanto fue conocida la noticia del trágico suceso del hundimiento del Titanic, la compañía naviera propietaria, y por lo tanto, responsable del majestuoso barco contrató los servicios de cuatro barcos con el fin de recuperar los cadáveres de las víctimas fallecidas en el naufragio. Una ardua tarea difícil de digerir y por la cual la White Star Line pagó 550 dólares (de la época) por día.


CS Mackay-Bennett
El CS Mackay Bennett inició su búsqueda el 17 de Abril de 1912, capitaneado por Frederick Harold Larnder. En su partida contaba a bordo con un equipo de embalsamadores e importantes cantidades de hielo, ataúdes y mortajas. Pero cuando los tripulantes del Mackay Bennett se encontraron en medio del imponente Atlántico Norte, rodeados de cadáveres en un avanzado estado de putrefacción, entonces y solo entonces, comprendieron en qué consistía su cometido. En solo 13 días el Mackay Bennett había recuperado 306 cuerpos sin vida del mar, entre ellos se incluían los de Jhon Jacob Astor (el hombre más rico a bordo del RMS Titanic) y el de Wallace Hartley (director de la orquesta del RMS Titanic).

De los 306 cuerpos recuperados por el Mackay Bennett, 116 fueron arrojados de nuevo al mar debido a su avanzado estado de descomposición. El 30  de Abril de 1912 el barco atraca en el puerto de Halifax con 190 cuerpos recuperados.

Posteriormente y con el fin de completar el rescate de los cuerpos de las víctimas del naufragio, la White Star Line contrató los servicios de 3 barcos más: el Minia, el Montmagny y el Algerine.

CS Minia
El lunes 22 de Abril el Minia partió equipado para la labor de rescate y el viernes siguiente, a pesar del mal tiempo, llegó al lugar donde el Titanic se había hundido. Con el capitán William George Cuadrados DeCarteret al mando, durante su búsqueda de una semana, tan solo consiguieron encontrar 17 cuerpos, de los cuales 2 fueron arrojados de nuevo al mar y 15 de ellos llegaron a puerto en el Minia el 6 de Mayo. Entre los cuerpos recuperados por el Minia se encontraban el de Charles M. Hays (Presidente del ferrocarril), Joseph Fynney (pasajero de segunda clase), tres pasajeros de tercera clase y diez miembros de la tripulación. Tras su llegada a Halifax, todos los utensilios que no fueron utilizados por el Minia fueron trasladados al Montmagny, el siguiente barco en partir y continuar con el rescate.

CGS Montmagny
El lunes 6 de Mayo, el Montmagny, bajo el mando del capitán Pedro Crerer Johnson partió de Halifax tras subir a bordo todos los suministros y personal necesario para llevar a cabo el rescate. De nuevo el mal tiempo dificultó la labor de rescate de los cuerpos, aún así, el Montmagny pudo recuperar 4 cuerpos, de los cuales 1 fue enterrado en el mar. Los 3 cadáveres restantes fueron llevados a Nueva Escocia el lunes 13 de Mayo. Tras la toma de combustible y la adquisición de más suministros, el Montmagny volvió al lugar para buscar más cuerpos, pero la búsqueda fue en vano. El 19 de Mayo volvió a Halifax con las manos vacías.

El 16 de Mayo el SS Algerine, capitaneado por John Jackman, zarpó desde Terranova hacia el lugar de famoso hundimiento. El 26 de Mayo el Algerine comunicaba vía telégrafo que había recuperado del mar el cuerpo de un hombre, correspondiente a James McGrady (al parecer un mayordomo). Aunque estuvo navegando durante 10 días más por la zona, no consiguió recuperar más cuerpos y regresó a puerto con el único cuerpo encontrado.

En cada uno de los barcos que fueron enviados para recuperar los cuerpos de las víctimas del naufragio más famoso de todos, el hundimiento del "insumergible" Titanic, el procedimiento a seguir era el mismo: los pasajeros de primera clase eran embalsamados y metidos en ataúdes de madera, los de segunda clase se envolvían en una lona y los de tercera clase estaban amontonados, unos encima de otros, en una habitación llena de hielo.



Hoy, en las historias ocultas del Titanic, no solo queremos recordar a todas aquellas personas que vivieron el fatídico desastre, también queremos homenajear la labor de rescate llevada a cabo por los marineros, los cuales contaron historias horripilantes sobre la labor de rescate que llevaron a cabo. Prometo buscar, concienzudamente, el relato de algunos de los marineros sobre los que cayó esta macabra tarea y, por supuesto, compartirla con todos vosotros.




lunes, 8 de diciembre de 2014

Lo que no sabías de la “insumergible” Molly Brown

Margaret Brown

Margaret Brown fue una mujer estadounidense, caritativa y agitadora social, defensora del indefenso. Sus orígenes fueron humildes, lo que le llevó a viajar a Colorado en busca de su propia fortuna al cumplir los 18 años. Allí conoció al que fue su esposo, James Brown.
James Joseph Brown,
marido de Margaret Brown

Su marido encontró oro en alguna mina de Colorado y tras el hallazgo se convirtieron en millonarios, impulsándoles a pertenecer a la clase social más distinguida de la época. Margaret Brown se dedicó, muy especialmente, a los más desfavorecidos. Entre éstos se encontraban los mineros de Colorado y los derechos de las mujeres y los niños. Viajó por todo el mundo y, muy frecuentemente, a Francia, un país del que se enamoró para siempre hasta el punto, de mudarse allí precipitadamente cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Durante su vida realizó varios actos de valentía curando soldados heridos. También se dedicó a su gran pasión, el teatro.

El 24 de enero de 1912, Margaret Brown, tras separarse de su marido, sube a bordo del Olympic para viajar a Europa, pues su hija estudiaba en Francia. Realizó un viaje por Egipto con su hija, durante el cual coincidió con el Señor Jhon Jacob Astor y su joven esposa Madeleine, disfrutaban de su luna de miel y le hablaron a Margaret del viaje inaugural del lujoso transatlántico RMS Titanic. Decidió entonces volver a Nueva York en el gran buque del que todo el mundo decía maravillas.

Durante su visita a Egipto, Margaret visitó a una vidente que le advirtió del peligro al que se expondría si subía a bordo del Titanic, embarcó en el Titanic pero compró un talismán que, supuso, le traería suerte. El 10 de abril de 1912, embarcó en el Titanic con su extenso equipaje, entre el cual se podía encontrar tres cajas de antigüedades que iban destinadas al Museo de Arte de Denver.

Jhon Jacob Astor
A bordo del Titanic, Margaret reconoció a varias personas, las cuales ya no eran unas desconocidas para ella, pues había navegado junto a ellos tres meses atrás en el Olympic, como son el capitán Smith y la camarera Violeta Jessop. Durante los cuatro días que duró la travesía, Margaret Brown tuvo el gran placer de disfrutar de las más lujosas comodidades de la primera clase. Allí se codeó con los personajes más distinguidos de la época: J.J. Astor, el hombre más rico del barco; Benjamín Guggenheim, capitalista del cobre; Charles Melville Hays, rico gracias a los ferrocarriles d
e Estados Unidos y el hacendado Edmund Duff Gordon y su esposa, la cual era modista de la aristocracia.

Sir Cosmo Duff Gordon y Lady
Duff Gordon

A las 23:40 del 14 de abril de 1912, Margaret Brown se encontraba leyendo en su camarote, distraída por la lectura, apenas sintió el choque pero salió de su camarote cuando oyó los ruidos que provenían del interior de la quilla del barco. En el pasillo pudo ver a dos hombres en pijama discutiendo, por lo que volvió a su cama de nuevo. En cuanto abrió de nuevo el libro, James Robert McGough, el hombre que ocupaba el camarote de enfrente, llamó a su puerta para avisarla de que iban a subir al puente para saber qué estaba ocurriendo y que ella debería vestirse y estar preparada. Unos minutos más tarde, McGough vuelve al camarote de Margaret y le indicó que era conveniente buscar un chaleco salvavidas para ella. Margaret se vistió deprisa, abrió la caja fuerte y tomó 500 dólares, escondió su talismán en el fondo de su bolsillo y cogió el chaleco salvavidas. Dejó su camarote con varias pertenencias importantes y de gran valor, entre los que se encontraba un collar valorado en 352.000 dólares. Deprisa se dirigió a cubierta y ayudó a otras mujeres a evacuar el barco antes de subir al bote nº 6, el primero en bajar al agua alrededor de las 00:55.

El codicioso e insolente cabo Robert Hitchens estaba al mando del bote de salvamento y, en varias ocasiones, Margaret junto a otras mujeres de la embarcación, hicieron frente a su pésima labor, al negarse a volver a recoger a más personas del agua que aún cabían en el bote, en el cual había todavía espacio para 40 personas más, a pesar de la insitencia de Margaret y otras mujeres. Pero Hitchens alegaba que les harían zozobrar por la desesperación y volcarían el bote, arrastrándolos a todos a la muerte. Incluso, amenazó a Margaret Brown con tirarla por la borda si no se callaba. Margaret le recriminó que él no hacía nada mientras que las otras mujeres llevaban dos horas remando. Otra pasajera dijo que se había apoderado de mantas y botellas de alcohol para su uso exclusivo y personal.

Tal fueron las palabras descritas entre Margaret Brown y el cabo Hitchens que durante la comisión de Investigación por el naufragio del Titanic se pidió a Brown explicaciones sobre los hechos acontecidos en el bote, Margaret dijo: “Había un ser en nuestro bote al que no podría llamar hombre pues nada, excepto su ropa, me permitía calificarlo como tal, debido a su cobardía”.

Bote nº 6, en el cual se salvó Molly
Brown
Alrededor de las 4:30 Margaret y los pasajeros del bote nº 6 observaron una luz en el horizonte, Hitchens, de nuevo pesimista, dijo que no era un barco, que se trataba de una estrella y que no tuvieran la esperanza de que llegara un equipo de salvamento. No obstante, Frederick Fleet, el vigía que vio el iceberg, informó que no se trataba de una estrella, era el RMS Carpathia. Los botes de salvamento se encontraban esparcidos alrededor del naufragio cuando el Carpathia llegó al lugar, por lo que tardo un poco más de tiempo en rescatar a todos los ocupantes de los botes. El fatídico suplicio en el mar finalizó para el bote nº 6 a las 6:00 de la mañana, cuando abandonaron el bote de salvamento para embarcar en el Carpathia.


Una vez a bordo del Carpathia, Margaret Brown envió un telegrama a su hija y después sirvió de utilidad en el barco en varias ocasiones: ejerció como intérprete, pues hablaba alemán y francés, colaboró en la realización de las listas de supervivientes. Tal era el grado de humildad de Margaret Brown que, incluso, realizó a bordo del Carpathia una colecta entre los pasajeros rescatados de primera clase del Titanic y los embarcados en el Carpathia, en favor de los inmigrantes que habían perdido todo en el naufragio del Titanic y consiguió recaudar 10.000 dólares. Tras volver a Nueva York fue considerada una heroína. Margaret lamentó que por ser mujer no pudo testificar en la comisión de Investigación de Estados Unidos, por lo que publicó su versión de aquella noche en el “Herald Newport” en mayo de 1912.

RMS Carpathia

Margaret Brown entregando un premio al capitán
del Carpathia por su colaboración en el rescate del
Titanic
Tras el naufragio, Margaret Brown estuvo más tiempo del esperado en Nueva York para seguir ayudando a las víctimas del naufragio. También contribuyó en la creación del comité de supervivientes, de la cual fue presidenta. En una ocasión, durante una entrevista, declaro que no estuvo de acuerdo con la preferiencia de las mujeres a subir en los botes, pues éstas pedían igualdad de derechos en tierra, ¿por qué no en el mar?, al igual que decía que, en las circunstancias dadas la noche del hundimiento, las familias no deberían ser separadas.

Su popularidad como superviviente del naufragio más recordado de la historia le adjudicó reconocimiento social, debido a sus acciones humanitarias se publicaron diversos artículos sobre ella. Atendió principalmente a las mujeres de los huelguistas, colaboró en la huelga de mineros y se involucró en el sufragio femenino. En Francia, auxilió a soldados herid
os en la guerra.

Margaret Brown
Después de la muerte de su marido, surgieron problemas con sus hijos a causa de la herencia y Margaret Brown, la “insumergible” y fantástica Molly Brown, murió sola, a causa de un accidente cerebrovascular en 1932. Su autopsia confirmó la presencia de un gran tumor cerebral.

La mansión que Margaret poseía en Denver (Colorado) fue vendida tras su muerte a una nueva familia pero tras varias restauraciones y actualizaciones de la ciudad estuvo a punto de ser derrumbada. Actualmente es un museo dedicado a la vida de Margaret Brown, representa a la perfección una mansión victoriana de aquella época. El museo conserva algunas pertenencias de la familia Brown y se pueden observar cuadros con representaciones del naufragio del titanic.





Es curioso que hoy, Margaret Brown, sea mundialmente conocida como Molly Brown, en realidad durante su vida, nunca fue llamada con este nombre.

sábado, 6 de diciembre de 2014

La Orquesta del Titanic

La Orquesta del Titanic
Es una leyenda conocida por todos que la Orquesta del Titanic siguió tocando mientras el gran trasatlántico se hundía bajo sus pies. Lo hicieron a sabiendas de lo iba a suceder, pues eran conscientes de su destino y, aún así, seguían tocando. Primero se instalaron en el interior, en el salón de primera clase, trasladándose posteriormente a la cubierta de botes en la popa del barco. Ninguno de los componentes de la banda logró sobrevivir a la tragedia y es por ello, que no se sabe con exactitud el destino que sufrió cada uno de ellos ni la última canción que tocaron. Sin embargo, se cree (según testimonios de supervivientes en los botes) que fue "Más cerca Dios de ti" la última canción que tocó la Orquesta la noche del hundimiento. James Cameron en su película, muestra a la Orquesta tocando esta canción antes de que cada músico buscara su propio destino.





Wallace Hartley

Wallace Hartley

Era el violinista y el director de la Wallace Hartley Band, la Orquesta Musical del RMS Titanic con 33 años. La banda comenzó a toca con el objetivo de que los pasajeros mantuvieran la calma y la
paciencia. Wallace, al igual que sus compañeros, falleció en el Titanic y dejó a su novia en Boston, con la que pasó una semana antes de embarcarse en el Titanic y la cual nunca volvió a verlo. A pesar de ser considerado un héroe en su país, la compañía naviera White Star Line, cobró a su familia el importe correspondiente al valor del uniforme perdido por el músico.



Roger Bricoux

Roger Bricoux

A su 20 años fue el chelista del grupo musical, de origen francés, había servido en el Carpathia antes de embarcar como músico de la banda del Titanic. Su certificado de defunción no fue enviado por las autoridades norteamericanas, por lo que se le declaró "desertor" por parte del ejército francés y fue rehabilitado en el año 2000, gracias al esfuerzo de la Asociación Francesa del Titanic. Desde noviembre de ese mismo año, cuenta con una placa conmemorativa con la siguiente inscripción:

"Por sentencia del 11 de agosto del 2000, la Casa de la Familia del Tribunal de gran Instancia de Nevers dijo que la persona, miembro de la tripulación del Titanic, murió en el mar, en la noche del 14 al 15 de abril de 1912, ventanilla de recepción de boletas"





Fren Clarke



Fred Clarke

Tenía 30 años cuando embarcó en el Titanic como el bajista de la Orquesta, había tocado con varias bandas antes de jugar su papel en la tragedia marítima más recordada, incluso había tocado con la Banda Filarmónica de Liverpool. Su cuerpo fue el número 202 rescatado del mar sin vida y fue enterrado en el cementerio de Halifax, donde yacen muchos, o casi todos, los cuerpos recuperados del desastre.








Percy Taylor




Percy Cornelio Taylor

El violonchelista del Titanic, aunque también tocaba el pianoContaba con 32 años de edad cuando murió en el Titanic. Es muy poca la información que se puede encontrar acerca de este personaje del desastre del Titanic. Estaba casado, pero separado de su esposa, la cual no colaboró en las investigaciones posteriores al hundimiento.









George Krins




George Alexandre Krins

Tenía intención de iniciar una carrera militar pero sus padres lo convencieron de que no lo hiciera. Era el único músico belga a bordo del Titanic y embarcó con 23 años como violinista. Tras despedirse de sus compañeros del grupo musical en la cubierta de botes de popa nunca más se supo nada de él. Si su cuerpo fue recuperado, no fue identificado.










Theodore Brailey

Theodore Brayley
Con 24 años era violinista en el barco y ya había servido en el Carpathia con otros de su compañeros de grupo. Fue uno de los cuerpos rescatados e identificados y, actualmente, sus restos descansan en el cementerio de Halifax, donde yacen los restos de cientos de personas que perdieron la vida en el Titanic. Cuando su cuerpo fue recuperado del mar
, llevava una bufanda y calcetines grises, un abrigo marrón, uniforme y un crucifijo, además de un broche de diamante, un diario, llaves, un reloj de oro y un anillo con la inscripción "J.F.P.C." Los padres de Theodore solicitaron una indemnización a la compañía White Star Line por la terrible pérdida de su hijo y, ésta, no solo no les concedió la indemnización, sino que además, envió una carta a los familiares solicitando el cobro de 5 chelines y 4 centavos que es el valor del uniforme de la White Star Line.








Jhon Wesley


Jhon Wesley Woodward

Había realizado varios viajes por el Atlántico y por el Mediterráneo antes de embarcar en el Titanic a sus 32 años como violonchelista. Se encontrada a bordo del Olympic (hermano gemelo del Titanic) cuando éste chocó contra el buque de guerra alemán HMS Hawke y logró escapar junto a tres compañeros, pero por un golpe de suerte, ya que se encontraban los tres en la cabina cuando el Hawke colisionó contra ellos. Jhon había llevado consigo el mejor de su violonchelos al primer viaje del gran Titanic.












Cementerio de Halifax

jueves, 27 de noviembre de 2014

La profecía del Titanic



Morgan Robertson, autor de la novela
"El naufragio del Titán"
Futilidad, o también llamado El naufragio del Titán, es un libro escrito por Morgan Robertson, en ella refleja la historia de un gran transatlántico, el más elegante y el de mayor envergadura hasta entonces conocido, que en su primera travesía entre Nueva York y Southampton, colisiona contra un iceberg en el Atlántico Norte.
Cuenta Robertson en su libro que el Titán no contaba con botes salvavidas ni para la mitad de las 2.500 personas que iban a bordo del grandioso buque, entre las cuales se encontraban las más grandes fortunas de todo el mundo y un alto número de miembros selectos de la más alta sociedad, tanto británica como estadounidense.
Bien, pues lo curioso de todo este asunto es que Morgan Robertson escribíó este libro, nada más y nada menos, que 14 años antes de que el "insumergible" Titanic estuviera ni tan siquiera construido!!



Existen una serie de similitudes entre el Titán de Robertson y el Titanic real de la White Star Line; uno de éstas similitudes acabamos de comprobarla, el nombre:
- El tamaño: el Titán 244 metros de eslora mientras que el Titanic tenía 267 metros.
- Hélices: ambos buques contaban con tres hélices para ser impulsado y dos mástiles.
- Construcción: los dos barcos contaban con un sistema de compartimentos estancos muy parecidos.
- Categorías: tanto el Titán como el Titanic fueron catalogados como "insumergibles", lujosos y supremos.
- Hundimiento: ambos naufragaron en su primer y único viaje.
- Velocidad: el Titán navegaba a 25 nudos cuando chocó contra el iceberg, el Titanic a 23 nudos.
- Botes: el Titán llevaba 24 botes de salvamento, el Titanic 20, y ninguno de los dos contaba con botes ni siquiera para la mitad de sus pasajeros a bordo.
- Lugar: ambos barcos naufragaron a unos 600 km. al sur de Terranova.


Son demasiadas coincidencias, ¿verdad?. Sin embargo, el libro de Morgan Robertson tambien contaba con algunas diferencias con respecto a lo que realmente sucedió 14 años más tarde:
- Supervivientes: en el Titán pudieron salvarse 13 personas mientras que en el Titanic fueron 711.
- Condiciones: el Titán chocó contra el iceberg en condiciones meteorológicas adversas y el Titanic colisionó en perfectas condiciones de navegación.
- Ruta: el Titán realizaba el recorrido desde Nueva York hasta Southampton, mienras que el Titanic hacía justo el recorrido contrario.

¿Cómo pudo escribir este hombre una historia que 14 años después sucedería?

No obstante, ésta no fue la única profecía de Morgan Robertson, también escribió en 1914 una novela titulada Más allá del espectro, en la que plasmó una futura guerra entre Estados Unido y Japón que comenzaría con un ataque de los japoneses hacia las propiedades estadounidenses. Similitudes atribuibles a lo sucedido en Pearl Harbor y fue escrito por Robertson 27 años antes.

Tres años después del suceso premonitorio, el 24 de Marzo de 1915, el escritor fallece por causa de una sobredosis de protiodide, yoduro de mercurio, y fue encontrado sentado en una mecedora frente a un ventanal abierto, desde donde estuvo contemplando relajadamente el movimiento de las olas del mar hasta que su vida se apagó definitivamente.

sábado, 22 de noviembre de 2014

El primer oficial William Murdoch

William Murdoch fue el oficial del Titanic a cargo del puente de mando cuando el supremo barco colisionó contra el iceberg la desastrosa noche del 14 de abril de 1912. Ordenó virar el barco a babor, de manera desesperada por evitar el choque contra la gigantesca masa de hielo que interrumpió el camino de majestuoso transatlántico y la de todos sus pasajeros para siempre. Pero el colosal buque viajaba a alta velocidad (22 nudos) y la distancia del bloque de hielo fue avistado demasiado cerca del barco, lo que hizo imposible esquivar la colisión e impactara con el iceberg por el lado de estribor.

Murdoch fue asignado para tomar el mando en la evacuación del barco aquella noche y durante toda la noche estuvo dedicado a llevar los botes de salvamento del lado de estribor.  Hubo gran controversia con respecto a los botes evacuados por el oficial Murdoch, ya que algunos dicen llenaba los botes salvavidas hasta la totalidad de su capacidad (60 pasajeros) mientras que los testimonios de otros supervivientes aseguran que Murdoch bajaba los botes de salvamento al agua con apenas 12 pasajeros.

Cuando comenzó la evacuación, fue el oficial William Murdoch quien aplicó la regla “mujeres y niños primero”. Posteriormente se estableció que Murdoch fue el único oficial a bordo del Titanic que dejó subir a bordo de los botes a algunos hombres.


Cuando todo comenzó a desplomarse y los pasajeros empezaban a perder los nervios con el agua rozándoles los talones (literal) Murdoch era incapaz de controlar al pasaje en el orden de subida de los botes de salvamento y tuvo que armarse de una pistola para implantar su autoridad.




  Después del hundimiento no se supo nada más acerca del primer oficial William Murdoch. Algunos miembros de la tripulación aseguran haberlo visto desatando el salvavidas plegable A cuando se hundió el puente. Otros afirmaban que Murdoch se había suicidado justo antes del momento final del Titanic. El segundo telegrafista, Harold Bride, dijo que lo vió intentando subir a un bote salvavidas y que murió en el agua y no por suicidio.


Como datos curioso, en la magnífica e impetuosa película Titanic (1997) de James Cameron, primer oficial Murdoch aceptaba el soborno de hombres millonarios deseosos de subir a bordo de un bote salvavidas y librarse así del hundimiento, es decir, se insinúa que William Murdoch era corrupto, de la misma manera en la película el oficial Murdoch se suicida pegándose un tiro en la cabeza en el borde de cubierta y cayendo por la borda en el lado de estribor. La familia de Murdoch denunció a James Cameron por incluir en la película este aspecto de la vida del primer oficial y este tuvo que pagar una indemnización a la familia del primer oficial William Murdoch.